Hoy traemos a la sección de Personajes del Perines al hombre que junto a Arturo Herrera y Julián Pelayo fue el que en los años cuarenta puso en marcha el equipo del Perines, padre del que años después y tras dos parones en la Historia del Club siguió con la obra comenzada, Jose Rodríguez.
Celestino Rodríguez fue el que inculcó a los jugadores humildad y trabajo, la importancia de las buenas maneras al conducirse en el deporte y en la vida, en definitiva el promotor de la frase que reza en la cabecera del blog "queremos formar personas, después deportistas". Me gustaría traer aquí el artículo que en el Diario Montañes el 27 de julio de 1986 salió con el motivo de la muerte de este hombre que fue gran deportista, conocedor de muchos deportes y maestro de personas y deportistas:
Celestino Rodríguez Mato, un deportista de corazón, falleció ayer.
Sorprendió profundamente ayer el fallecimiento de Celestino Rodriguez Mato. El viejo deportista cántabro, tangible ejemplo de muchas generaciones, nos abandono ayer y, a pesar de esperar la noticia, ésta fue como un mazazo de pena y de consternación para sus muchos amigos. «Tino» estaba enfermo desde hace unos meses, despues de que, a sus años, mantenía una envidiable forma. La cruel enfermedad minó traicioneramente su fortaleza.
Supo Tino en todo momento seguir dando ejemplo de vida. Hasta en la muerte fue Celestino ejemplar y firme. Soportó el mal con resignación, con tenacidad, con hombría, tal cual había sido su norma de vida. Una vida en la que se mezcló su trabajo y el deporte, en un matrimonio feliz y ejemplar, porque Celestino Rodríguez vivió intensamente todo el acontecer deportivo en nuestra región más de sesenta años.
Pasó Celestino por diversos estamentos del deporte, especialmente en el fútbol, donde sería arbitro de categoría nacional, con gran prestigio y seriedad. Asumió la asesoría técnica del Racing en momentos difíciles de la historia racinguista.
Estuvo dispuesto siempre a promocionar a la juventud balompédica,y no podremos olvidar aquel equipo del Perinés en los años cuarenta ejemplo de planificación deportiva, que marcaría toda una época en el fútbol modesto de Cantabría,donde Celestino siempre tenía el corazón puesto y diríamos que la cartera dispuesta.
Su colaboración para con cualquier modalidad deportiva de Santander y de Cantabria era fácil de conseguir. Celestino Rodríguez mantuvo siempre alta, viva y encendida la antorcha de la amistad y de la comprensión. Su tesón para el deporte fue parejo con el de su trabajo, y supo, en lo uno y en lo otro, manifestarse siempre con humildad, como quien nada hace, y ciertamente fue mucho lo que «Tino» realizó desde los innumerables cargos que ocupó, y mucho también lo que trabajó desde el anonimato. Su prestigio como arbitro de fútbol fue notable, pero más notable quizá sería su firme personalidad y su calidad humanista. ¡Cuántas generaciones de jóvenes deportistas aprendieron de su filosofía deportiva! ¡Cuántos deportistas se vieron ayudados por la sorda labor de colaboracion de este hombre generoso siempre, y eficaz en todo su multiple y variado quehacer!
Colaboró en los medios informativos y los artículos de "Ceroma" eran considerados siempre por su juicio sereno y su crítica constructiva. Conocedor en profundidad de todas las especialidades deportivas, entendía a los hombres del deporte que hoy lamentan y lloran su muerte.
Descanse en paz Celestino Rodríguez Mato.
En el diario Alerta de 21 de Mayo de 1947 en una sección llamada CAPÍTULO DE VENERABLES, se puede leer este artículo que es una maravilla por el lenguaje que emplea, esas palabras ya en desuso, esa manera de explicar, en él se nos cuenta como Celestino Rodríguez tuvo la osadía de pitar tres penaltis en San Mamés.
Todavía destila tinta fresca la circular
Las tibias, los perones y hasta los parietales de los contendientes siguen ofreciendo sus marfileñas esquirlas a los escoplos del borceguí contrincante sin que los arpegios de los flautistas intervengan demasiado activamente en la regulación de esta ortopedia deportiva. El área de penalty sigue siendo esa línea que sirve para indicar que todos los sucesos que ocurren dentro de ella se castigan con un punterazo lanzado desde fuera de ella con toda la escenografía de barreras humanas, zancadas arbitrales y espectadores vociferantes.
Por eso parece oportuno traer hoy a esta sección la figura de Celestino Rodríguez heróico ciudadano pertenciente al sufrido gremio de los futbolistas de orquesta quien en el partido Atletico Bilbao - Levante, celebrado recientemente en San Mamés, ejecutó tres solos de pito como acompañamiento a otros tantos solos de antropofagia acaecidos en el área de los sustos que dicen los clásicos.
Esto viene a demostrar una vez más, que eso de que los públicos se comen a los árbitros es un tópico como una casa, como la mayor parte de los que se manejan habiltualmente en la lituratura deportiva. Cuando un árbitro sabe lo que se trae entre manos y tiene energía y carácter para imponer su criterio sin gritos y gesticulaciones, los públicos por mucha hambre que tengan, no se comen nada y los partidos trascurren como la seda, con una placided y un buen tono dignos de un espectáculo honesto, propio para familias, como se decía en la propaganda del extinguido Café Cántabro.
La hazaña de Celestino para mi, ha sido tan importante, que me extraña que no se haya publicado a grandes titulares del tamaño de los que usaron los periódicos de la época para dar cuenta de la pesca de la sardina de dos cabezas o de la aparición de la serpiente marina de Noja.
* La palabra Pífano según la Academia quiere decir: 1. m. Flautín de tono muy agudo, usado en las bandas militares. 2. m. Persona que toca este instrumento.
El artículo como lo he visto en el periódico.
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