Los artículos de D. Gilberto

D. Gilberto Muñiz es un escritor que suele hablar en sus escritos de su periplo en la vida, siempre desde una perspectiva de habitante de Santander, pero no de cualquier sitio de Santander, no, él siempre se acuerda de lo que acontecía en el barrio de Perines y de cómo se mataba el tiempo y otras cosas, como por ejemplo el gusanillo ese que uno tiene en el estómago a determinadas horas, o qué cosas se les ocurrían a la serie de impagables personajes que ese barrio santanderino ha dado al mundo.

Todo eso nos lo explica en un libro que del que se puede ver la portada ahí, a la izquierda, y que, si yo fuese de Perines no dejaría de leer, yo no soy de Perines, he jugado en el Perines y vivo desde ni se sabe en Santander, lo he leido y cuenta las anécdotas con tanta ilusión, de un modo tan literario, con un lenguaje tan preciso que dice mucho de su amor por las palabras y por la gramática española, que sólo puedo decir que a mi me ha gustado mucho su lectura.

De ese libro yo saqué el reportaje sobre el nombre del Perines y de como surgió el equipo que se puede leer en el apartado historia del Perines.

Traigo hoy aquí a colación todo esto porque D. Gilberto suele escribir artículos también que se publican en el Alerta, hoy traigo uno titulado una piscina sui generis, donde nos explica cómo un personaje de aquellos que había en el barrio de Perines, apodado "el lili", lió a todo el grupo de diablillos para hacer una piscina en la calle.

Dice así en uno de sus apartados el artículo: "Los de Perines asiduos asistentes en todos los relevantes actos que anunciaba la siempre loable institución falangista, en aquella ocasión, seguimos la contienda con sana envidia participativa dejándonos las finales un sabor agridulce y unas ganas locas de demostrar en piscina lo que sabíamos hacer en el mar. El “Lili”, que por aquellos días había visto nadar en película a Jonny Weismuller con el cuchillo entre los dientes matando cocodrilos a diestro y siniestro, con su fantasía habitual y locuaz verborrea, propuso al colectivo hacer una piscina en su selvática huerta donde
bañarnos todos e intentar emular al rey de la selva con las muchas lagartijas que allí había".

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